martes, 4 de octubre de 2011

A veces la gente llora, no porque sean débiles, sino porque llevan mucho tiempo siendo fuertes.

Sientes como poco a poco se produce ese nudo en el estomago, la garganta se te seca tanto que duele y tus ojos luchan contra toda adversidad para que no se produzca, pero finalmente una fuerza interior puede más que la tuya propia, y sucede.
Notas como una lágrima precede a otra. Dicen que llorar es una forma de desahogarse, que ayuda. ¿Pero que puedes, o más bien, que tienes que hacer si el dolor no se desvanece?
No hablo del dolor emocional, ese es otro tema, Me refiero al dolor físico. No sé muy bien como definirlo, Pero si te ha ocurrido, que estoy segura de que sí, porque a todos nos pasa, sabrás de que hablo. Es una de esas sensaciones de la vida que no sabes como definir pero si sentir.
Indecisiones de razones ocultas, confusiones ocasionales, pensamientos rutinarios, comportamientos contrarios, ... por A o por B ocurre, y lo peor de todo es que no siempre puedes evitarlo.
Hacía tiempo que no lloraba

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