domingo, 27 de noviembre de 2011

Me conformo con bailar un rato con la felicidad

Es un sentimiento, una sensación, o simplemente aquello que te oprime sin tener demasiada explicación.
El hecho de que sea algo que tengamos que tomar por norma, por regla o simplemente por experiencia no refuta el momento de que al sentirlo no te sientas echa una mierda.
Nos pasa a todos, a ti, a mi, y a ese que no conoces pero te mira de forma curiosa cuando pasas por su lado.
Todos tenemos días buenos, días malos, o simplemente cambios de suerte que determinan nuestra actitud ante todo lo que creíamos que sería de forma de diferente.
Pos suerte o por desgracia somos así, seres humanos, irracionales, completos de emociones, irrefutablemente predecibles, y en ocasiones sorprendentes.
Nos sorprendemos de nosotros mismos por no estar disfrutando de algo que llevábamos esperando semanas, nos sorprende la gente cuando actúa de forma diferente, nos sorprendemos cuando sigue ocurriendo algo habitual quizás por el simple hecho de que lo que incondicionalmente esperas es que cambie. Nos sorprendemos todos los días, a todas horas, por gilipolleces o por hechos cargados de razón.
Podemos creer que la oportunidad de hacerlo diferente la tenemos nosotros, que podemos mirar siempre un lado u otro de la moneda por que es algo que depende de nosotros; podemos pensar que si hacemos esto pasará aquello, o que si no pensamos en aquello, no estaremos como estamos...
¿Sinceramente? Da completa y absolutamente igual, por que si lo piensas demasiado ya te estás complicando, y las mejores por no decir las verdaderas cosas de la vida suceden de la noche a la mañana, instantáneamente  de forma sencilla., irracional, y absolutamente alocada.
Posiblemente por eso anhelamos tanto la sencillez, la serendiptia, o dejarnos llevar y que todo salga bien.