martes, 30 de octubre de 2012

Saber es mejor que preguntarse.







Hace dos siglos Benjamin Franklin reveló al mundo el secreto de su éxito; Nunca dejes para mañana, dijo, lo que puedes hacer hoy. Él descubrió la electricidad, la gente debería prestar atención a las cosas que dijo.No sé porque siempre posponemos todo, pero si tuviera que adivinarlo diría que tiene mucho que ver con el miedo. El miedo al fracaso, el miedo al dolor, el miedo al rechazo. A veces es miedo a tomar una decisión, porque ¿Y si te equivocas? ¿Y sí cometes un error sin solución?. 
No podemos fingir que no nos los dijeron, todos hemos oído los proverbios, a los filósofos, a nuestros abuelos advirtiéndonos sobre el tiempo perdido. Hemos oído a los poetas malditos instándonos a vivir el momento. Aunque a veces debemos escucharnos a nosotros mismos. Debemos cometer nuestros propios errores. Debemos aprender nuestras propias lecciones. Debemos dejar las posibilidades de hoy bajo la alfombra del mañana hasta que no podamos más, hasta que comprendamos por fin lo que Benjamin Franklin quiso decir. Que es mejor saber que preguntarse. Que despertar es mejor que dormir. Y que fracasar o cometer un error enorme es mucho mejor que no haberlo intentado. 

domingo, 28 de octubre de 2012

Living the life.

Lo poco que sé de la vida está en los libros que nunca leo. Lo poco que sé de la vida está en las líneas que no escribí. Lo poco que sé de la vida se cuenta tomando un café, se entiende tomando una copa y se olvida tomando dos.
Que nadie se me emocione, ni me albergue falsas esperanzas, porque con lo poco que sé de la vida, a duras penas se llena un corazón, por pequeño que sea. 
Empiezo por lo que sé con toda seguridad. Sé que, con suerte, te vas a morir una vez. Así que procura no morirte más veces por el camino. No hay nada peor que esa gente que se va muriendo antes de morirse del todo. 
Ten siempre más proyectos que recuerdos, es la única forma que conozco de mantenerse joven. Olvídate de la patraña esa de ser feliz, ya te puedes dar con un canto en los dientes si llegas a ser el único dueño de tus propias expectativas.
Que hay que dedicarse a algo de lo que jamás te quieras jubilar.
Entre lo poco que sé de la vida, también te diré que nada de todo esto vale la pena sin alguien que te haga ser incoherente. Ni flores, ni velas, ni luz de luna. Ése es el verdadero romanticismo. Alguien que llegue, te empuje a hacer cosas de las que jamás te creíste capaz y que arrase de un plumazo con tus principios, tus valores, tus yo nunca, tus yo qué va.
Ojalá ames mucho, incluso a riesgo de ser correspondido. Que te despojen de todo, que hagan jirones de tus ganas y que te veas obligado a remendarlas con el hilo de cualquier otra ilusión.
Dos emociones inútiles asociadas al pasado, arrepentimiento y culpa, y una emoción inútil asociada al futuro, la preocupación. Cuanto antes de desprendas de las tres, antes empezarás a apreciar lo único que tienes.
Qué más. Ah sí. Sé que al menos un amigo te va a traicionar, otro será traicionado por ti, y que te pongas como te pongas, los que no hayas hecho antes de los 30, ya jamás pasarán de buenos conocidos.
Para terminar, y hablando del tema, déjame que te presente a tu mejor enemigo. Se llama miedo. Quédate con su cara, porque va a estar jodiéndote de ahora en adelante. Miedo al fracaso. Miedo al qué dirán. Miedo a perder lo que tienes. Miedo a conseguirlo. Miedo a saber poco de la vida. Miedo a tener razón.

viernes, 26 de octubre de 2012

Then, it happened.

Hace tiempo leí que con 50 años habremos conocido a lo largo de nuestra vida a unas 20000 personas. 
Haciendo una regla de tres, obtuve que un joven de 17 años habría conocido aproximadamente a unas 6800 personas. Pongamos que la mitad de esas personas, es decir, 3400 son hombres y la otra mitad mujeres. Y supongamos que de esos 3400 sólo 1/3 están dentro del margen de edad en el que se incluyen todas las personas con las que podríamos mantener una relación. 
Es decir, descartamos 2/3, donde se encontrarían aquellas personas de las que nunca podríamos enamorarnos: familiares cercanos, ancianos, niños pequeños... Nos queda el siguiente número: 1133,333... Pero redondeando pongamos unas 1000. 
De todas esas personas nos enamoraremos de una sola. 
Estamos hablando de una milésima parte, 0.001. Y a su vez esa persona se enamorará de una sola entre 1000. De esta manera, la probabilidad de que la persona de la que uno se enamora sea precisamente la persona de la que se enamora uno, es según las matemáticas (1:1000) x (1:1000), lo que es igual a una posibilidad entre un millón. 
Así que, si se diera esa improbable situación de poder estar con la persona que quieres, si el destino ignorase 999,999 opciones y convirtiera esa única probabilidad que había entre un millón, en un hecho, una realidad... ¿qué sentido tendría no aprovecharla, qué más da lo que venga luego, qué importa lo complicadas que sean las circunstancias? Si lo más difícil, lo que tenía una sola posibilidad entre un millón de ocurrir, ya ha ocurrido.

lunes, 22 de octubre de 2012

Just need time.

Normalmente hay millones de situaciones, amistades, momentos, sensaciones e incluso vivencias que se amontonan. Sin embargo hay pequeños detalles que marcan la diferencia entre todas ellas. 

Pronto nos acostumbramos a lo que nos hace sentir bien, nos aferramos a la ilusión demasiado pronto, confiamos en exceso pensando que esos momentos y esas sensaciones que tan bien nos hacen sentir no terminaran. Pero como todo en esta vida, todo lo que comienza tiene que terminar para volver a empezar. 
No por ello debemos dejar que la 'decepción' que en ocasiones podamos sentir se apodere de nosotros por que las cosas funcionan así, se complican, no salen como nos gustaría, o simplemente no terminan siendo como esperábamos. Sin embargo no debemos permitir que esa 'decepción' se haga tan grande que acabe superando todos los buenos momentos anteriormente vividos. 

Personalmente, me ha llevado mucho tiempo y muchos momentos darme cuenta de eso, de hecho, hay ocasiones en las que aún sigo oscilando y dándole rienda suelta a  la duda para que se apodere de mi. Después es cuando me acuerdo que esto funciona así, que de nada me va a servir seguir sintiéndome mal, que las cosas cuando implican a dos personas no dependen de una, si no de las dos. Depende de la perspectiva desde donde decidamos mirar las cosas, de la actitud que decidamos tener. Y esto, sencillamente depende de tí. De mí. De cada uno de nosotros.  

Aceptar que todo pasa por algo, que de todo se puede sacar algo bueno por malo que pueda parecer, y que si alguna vez la duda se vuelve a apoderar de nosotros al menos tenemos la certeza de que hay gente que día tras día nos sigue demostrando que están ahí y siguen consiguiendo que nos sintamos afortunados por el simple hecho de saber que podemos contar con ellos. ( y ahí, puede ser donde tu quieras que sea, por que da igual la tierra que marte siempre que puedas contar con ellos). También es cierto que cuánto más nos aferramos a algo más nos duele cualquier contradicción que se cruce en nuestro camino, y es precisamente por eso que muchas veces tenemos a pensar que no siempre recibimos en la misma medida de lo que damos, pero eso es solo una sensación. Cada uno es a su manera y da en función de ello. Por eso aquello de que cuando nos sorprenden con algo diferente al curso habitual de las cosas consiguen que nos sintamos infinitamente mejor que si actuaran en la misma medida. Y es que si alguien de verdad quiere demostrarte que eres importante en su vida, hará lo posible por hacerte ver que así es. 

Debemos de tener eso en cuenta, cada persona es un mundo. Y por eso, formando parte de sus vidas, nos encontramos expuestos a un millón de sensaciones que aún nos quedan por descubrir. A un millón de aventuras, vivencias y experiencias que aún están por llegar. Así que sí, demosle tiempo al tiempo. El tiempo ayuda. 
No solo a que las cosas pasen, si no a que aprendamos a verlas y a entenderlas.  


domingo, 21 de octubre de 2012

Cosas que deseamos, y no conseguimos.

Muchos de nosotros, personas como tú, como yo, hemos pasado la mitad de nuestro tiempo deseando cosas que podríamos tener si no nos hubiéramos pasado la mitad de nuestro tiempo deseándolas...

viernes, 19 de octubre de 2012

En otro bar de amor cobarde mi corazón grita.

Somos curiosos por naturaleza. Nos encanta descubrir cosas nuevas. Nuevas, y desconocidas.
Sin embargo no siempre la curiosidad puede ser nuestro mejor aliado...
Hay ocasiones en las que tanto indagar puede traernos trágicos descubrimientos. Descubrimientos que incluso nos cueste definir.
Es como una especie de dolor intenso. Un dolor que golpea con fuerza. Con tanta fuerza que te impide hasta llorar. Te paraliza, se apodera de ti, y se materializa en el más puro y perfecto de los miedos. Miedo a seguir, miedo a retroceder, miedo a amar.

domingo, 14 de octubre de 2012

In my way.











Vale que pueda ser un poco más de lo mismo de siempre. Sensaciones por aquí, sensaciones por allá. Pero inevitablemente forman parte de mí. De mi forma de ser. Sensaciones de llegar tarde, de chillar alocadamente por algo que te produce tal felicidad, de saltar, de sonreír, de abrazar. Sensaciones de los pequeños detalles, de la confianza, de la convivencia, sensaciones del día a día, de los lugares donde te encuentras, de las cosas que suceden simultáneamente y de las personas que te rodean. 
Me gustan las sensaciones casi tanto como las casualidades y lo inesperado, al fin y al cabo las tres tienen algo en común, no podemos controlarlas. Pero pueden hacernos increíblemente felices según se nos presenten.

lunes, 8 de octubre de 2012

Instantes inusuales.









Dejarse acariciar por la agradable brisa, sin pensar ya en nada, con esa facilidad y esa tranquilidad que en ocasiones te arrollan y te hacen sentir bien. En el centro de todo, sin envidias, celos o preocupaciones, sin saber de donde procede esa especie de equilibrio cuya protección te hace temer hasta el mas mero hecho de pronunciarlo. Te sorprende hasta qué punto puede ser rara y difícil esa delicadisima y mágica armonía en la que tu mundo parece sonar de repente de la manera adecuada,
Son instantes, instantes que deberían vivirse en profundidad por que son inusuales y por que en ocasiones pueden concluir de repente, sin que haya un autentico motivo.

jueves, 4 de octubre de 2012

Fear of happiness.

Miedos. Todos los tenemos. Algunos más raros que otros, pero hay uno un tanto inusual..
Es fácil de explicar, pero muy difícil de comprender. Se siente al estar en lo más alto, al conseguir lo que quieres, al sentirte bien, al lograr tus metas, al cumplir un sueño, al pasártelo bien, al sonreír, al despertar, incluso al respirar.. 
Es el miedo a ser feliz. 
Es ese miedo que en realidad todos sentimos. Ese miedo que controla nuestros actos.
Ese que consigue paralizarnos en cuestión de segundos cuando estamos a punto de obtener lo que más ansiamos. 
Nos hace pensar, reflexionar, retomar el camino. Es una duda que nos empuja a dudar y consigue hacer que nos lo cuestionemos todo. 
Pero ese miedo es mucho más grande que una simple duda. 
Es una angustia constante. Es el miedo a empezar sabiendo que algún día terminará.
A soñar aunque sepamos que no siempre cumpliremos nuestros sueños. Es el miedo a confiar por poder ser traicionado. A luchar por poder perder. El miedo a querer por dejar de ser querido. Es el miedo a sonreír por poder dejar de hacerlo. Miedo a vivir por saber que algún día morirás. 

Sin embargo sentir ese miedo solo nos hace desperdiciar nuestra felicidad. No disfrutamos todo lo que tenemos por miedo a perderlo. Lo que ni tu ni yo sabíamos, es que de eso se trata. 
Si algo durase para siempre, si la vida fuera eterna, no disfrutaríamos de todo aquello; la palabra felicidad no existiría. 
Para sentir la felicidad primero hay que haber sentido la tristeza, para sentir el placer, primero hemos de haber conocido el dolor. 

Así que no, no debemos tener miedo a ser felices por el simple hecho de saber que algún día dejaremos de serlo. Ahí está la magia. En saber disfrutar esos momentos de felicidad al máximo. Hacer de ellos recuerdos inolvidables. 
Para que cuando esos malos momentos tan inevitables lleguen, simplemente tengamos que echar la vista atrás y recordar los viejos momentos de felicidad que conservamos en nuestro recuerdo. Volver a sentir un pedacito de esa felicidad.

miércoles, 3 de octubre de 2012

No hay peor decisión que la indecisión.













Cuando uno no decide esta claro que otros acaban decidiendo por uno.

Para bien o para mal, la vida es un largo camino que cada dia nos exige decidir: me levanto o no, cojo el metro o voy andando, digo lo que me molesta o me lo callo, hago ese viaje o lo pospongo…
Somos el fruto de nuestras decisiones diarias. Solo hay una manera de aprender a decidir y ésta, es eligiendo. Asumiendo las consecuencias. Si aprendemos a decidir en lo pequeño cuando llegue la gran decisión sabremos afrontarla.


martes, 2 de octubre de 2012

Porque una vida puede ser mucho más que el simple transcurrir de los días.

Podemos creer que todo lo que la vida nos ofrecerá mañana es repetir lo que hicimos ayer y hoy. Pero si prestamos atención observaremos que ningún día es igual a otro. Cada mañana trae una ilusión escondida, una ilusión que solo sirve para ese día y que no puede guardarse o desaprovecharse.Si no usamos este milagro hoy, se perderá.
Ese milagro que está en los detalles de lo cotidiano.
Es preciso vivir cada minuto, por que allí encontraremos la salida de nuestras confusiones, la alegría de nuestros buenos momentos, la pista correcta para la decisión que ha de ser tomada.
No podemos dejar nunca que cada día parezca igual al anterior porque todos los días son diferentes.
Atiende todos los momentos, porque la oportunidad, el 'instante mágico' está a nuestro alcance.
Porque una vida puede ser mucho más que el simple transcurrir de los días.

lunes, 1 de octubre de 2012

El futuro nunca es el camino que imaginamos.

Pasamos toda nuestra vida preocupándonos por el futuro. Planificando para el futuro. Intentando predecir el futuro. Cómo si calculándolo de alguna manera amortiguáramos el golpe...
Pero el futuro está siempre cambiando.
El futuro es el lugar de nuestros miedos más profundos y de todas nuestras esperanzas.
Solo una cosa es cierta, y es que cuando por fin se revela el futuro nunca es el camino que imaginamos.