Y te golpearán tan fuerte que quieras llorar.
Cuando pienses que no puedes más, cuando te tambalees tanto que todo tu mundo tiemble, cuando tus lagrimas te nublen la vista o cuando estés a punto de caer. Es justo entonces cuando tienes que ser más fuerte que los palos que recibes, mantenerte firme, plantarle cara a la debilidad y romper los esquemas de la realidad.
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