lunes, 27 de agosto de 2012

Haz que se mueva tu mundo.










A veces somos impotentes ante nuestros deseos, ante nuestras inclinaciones o nuestros impulsos, y eso produce un tormento con frecuencia insoportable. Ese sentimiento te acompañará toda la vida; unas veces lo olvidarás y otras será como una obsesión. Una parte del arte de vivir depende de la capacidad de cada uno para combatir su propia impotencia. 
Es difícil, porque la impotencia engendra a menudo miedo, y éste aniquila la capacidad de reaccionar, la inteligencia y el sentido común, abriéndole la puerta a la debilidad.
Experimentarás muchos miedos. Lucha contra ellos, pero no los sustituyas por vacilaciones demasiado largas. 
¡PIENSA, DECIDE, Y ACTÚA!  
No tengas dudas. La incapacidad para asumir las elecciones propias genera cierta dificultad para vivir. Cada pregunta puede convertirse en un juego, cada decisión que tomes te podrá enseñar a conocerte, a comprenderte. Haz que se mueva el mundo, tu mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario